i+Diseño SUMARIO - VOL.9 - AÑO VI - ABRIL 2014
   Fig. 1: Manuel Pertegaz y sus maniquíes en los jardines de sus salones en Barcelona.

Fig. 1: Manuel Pertegaz y sus maniquíes en los jardines de sus salones en Barcelona

i+Diseño | Vol. 9 | Abril | Año VI

Alta Costura en clave española

Ismael Amaro Martos
Universidad de Jaén


Resumen

"El Siglo de Oro de la Alta Costura española" se nutre de muchos grandes del diseño, aunque sin duda, será "El Maestro" Cristóbal Balenciaga el encargado de alzar a la máxima potencia tan flamante periodo. Junto a él, también encontraremos el fantástico legado de Pedro Rodríguez, Elio Berhanyer y Manuel Pertegaz, entre otros. Lo más curioso de todos ellos es la capacidad de transmitir los signos de identidad de la cultura española, cómo trasladaron elementos de nuestra cultura a sus diseños, y cómo los artistas de otras disciplinas influyeron en su trabajo.

Palabras clave: Alta Costura, España, Balenciaga, Rodríguez, Berhanyer, Pertegaz.

Spanish Couture

Abstract

"The Golden Century of Spanish Couture" includes many famous designers, but "El Maestro" Cristóbal Balenciaga is the most important one in the XX century. Besides him, we find also de great heritage of Pedro Rodríguez, Elio Berhanyer and Manuel Pertegaz, inter alia. What really strikes is their ability to spread Spanish cultural identity through their own works, that borrow signs of our culture and rely on the influence of other artists.

Keywords: Couture, Spain, Balenciaga, Rodríguez, Berhanyer, Pertegaz.


"La moda necesita de un nuevo maestro que libere a la mujer (…) le aporte lo que convenga y que persiga su ideal sin dejarse influenciar. Así alcanzará la celebridad y será seguido e imitado con general admiración en los años futuros"1. Y "El Maestro"2 llegó. Su nombre: Cristóbal Balenciaga, nacido en Guetaria en 1895 y considerado por una unanimidad como el mejor diseñador de todos los tiempos33 Con él comienza lo que se ha llamado "El siglo de la Alta Costura Española", y será con él, con su retirada en 1968, cuando finalice tan glorioso periodo a nivel internacional4, aunque en España continuará una década más.

En la trayectoria profesional de Cristóbal Balenciaga reconocemos tres etapas5. La primera se desarrolla entre 1895 y 1936 en España, donde se formó como sastre en San Sebastián. En esta ciudad abrió su propio taller en 19156, al que siguieron sus talleres de Madrid y, tras la caída de la monarquía española, Barcelona7. Pronto Balenciaga contó con importantes clientas a las que supo adaptar el estilo parisino, pero siempre imprimiendo elementos hispanos en sus diseños:

Su voz era muy baja y en ocasiones tenías que concentrarte para oírle. Su nombre era Cristóbal y su inspiración provenía de las plazas de toros, de los bailarines de flamenco, de los blusones holgados que llevan los pescadores, del frescor de los claustros… Balenciaga tomó estos modelos y colores, los adoptó a su gusto y vistió durante treinta años a aquellas mujeres para quienes estas cosas eran importantes8

Su segunda etapa, y la más destacada, responde a su estancia parisina, desde 1937 hasta tu retirada. Esta fecha inicial se inaugura con la primera colección de verano9, y con la apertura de su casa de alta costura en la capital francesa, en la Avenida George V, un año más tarde10. Será a partir de esta fecha cuando Balenciaga empiece a recibir la máxima atención por parte de la prensa de moda. Esto fue así porque, con su llegada, se convertiría casi inmediatamente en el español en París, en una época en la que los nacionalismos eran un asunto muy importante en la política europea, repercutiendo igualmente en el campo de la costura. Sus contemporáneos abalan esta teoría nacionalista, desde Schiaparelli de origen italiano, hasta el irlandés Molyneux, pasando por el suizo Piguet y el estadounidense Mainbocher11

Fig. 2: Condesa Mona Von Bismarck de Cristóbal Balenciaga, 1968

Fig. 2: Condesa Mona Von Bismarck de Cristóbal Balenciaga, 1968

Como podemos deducir por los años limítrofes entre sus etapas, Balenciaga huyó de España en tiempos de guerra. Contemporáneamente a él también marcharon Pedro Rodríguez, quien volvió a nuestro país tras finalizar la contienda, y, más tarde, Antonio Cánovas del Castillo, diseñador de la firma francesa Lanvin a partir de 1950. La gloria de este último diseñador llegó hasta el punto de crear su propia casa, Castillo; pero con su partida de la casa parisina llegó la perdida de interés, hasta el punto de tener que cerrar su propia fundación12. Anecdóticamente reconocemos una retirada en el mismo año que Balenciaga, casi como si se tratase de un presagio sustancial del final de este "Siglo de Oro".

Fig. 3: Balenciaga 1947. Marquesa de Garcillán / Balenciaga 1947. Marquesa de Llanzol

Fig. 3: Balenciaga 1947. Marquesa de Garcillán / Balenciaga 1947. Marquesa de Llanzol

"El español en París" destacó por presentar en los años treinta y cuarenta los modelos más novedosos de su tiempo, a pesar de compartir importancia con figuras de la talla de Chanel o Christian Dior, quien llegó a afirmar: "La alta costura es como una orquesta, cuyo director es Balenciaga. Nosotros, los demás modistos, somos los músicos y seguimos las indicaciones que él nos da"13. Y es que, a pesar de poder corroborar una alteración de la figura femenina extraída del llamado new look de Dior14, lo cierto es que la innovación que acompañó siempre los diseños del coutiere vasco marcaron cada una de las décadas en su periodo francés.

Fig.4: Elio Berhanyer 1975 /Elio Berhanyer, Primavera-Verano 2010, inspiración andaluza.

Fig. 4: Elio Berhanyer 1975 /Elio Berhanyer, Primavera-Verano 2010, inspiración andaluza

Cristóbal Balenciaga fue uno de los grandes modistos de los años cincuenta, siendo uno de los pocos diseñadores con experiencia directa en la técnica de sastre, que lo llevaban a la perfección en el corte y la confección15. Sus modelos de siluetas creativas, como un espacio extra entre el individuo y el cuerpo lleno de colores deliciosos, hicieron de él un legendario mito de la costura. Durante esta década encontramos sus mejores trabajos, donde brillaron con luz propia sus túnicas, los pomposos vestidos de noche en forma de calabaza, los trajes con corte "saco" y los vestidos liberados de cualquier encorsetamiento16, todos ellos caracterizados por la comodidad y la adaptabilidad al cuerpo humano.

Seguidamente los años sesenta se caracterizaron por el uso de colores oscuros, que a su vez, eran vibrantes. La petite robe noir17 fue sin duda su modelo fetiche, lanzando varios vestidos derivados de la estructura base, y apostando por él en diferentes colores llamativos. El talle fue ascendido hasta la altura del estilo imperio, planteando unas faldas más cortas y demostrando su maestría con el corte al bies18. Será también en esta década cuando cree los impermeables de plástico, y conforme nuevos efectos a través de echarpes y bufandas19.

Durante toda su trayectoria Balenciaga se encuentra vinculado a España de manera personal, pero también lo hace a través de sus diseños20. Su trabajo está claramente familiarizado con la obra de Velázquez, de Zurbarán y de Goya, y por supuesto de su paisano Ignacio Zuloaga, quien tenía un museo cercano a la casa del maestro donde se exponía su obra21. Y no es de extrañar que sus amigos Picasso, Miró y Palazuelo, residentes en París22, ayudaran a tener presente determinados referentes patrios, al mismo tiempo que fuesen partícipes de esa marca identificativa que acompañó al sello español. Tal es el caso de las corridas de toros, y la importancia que tuvo en estos pintores; como también la tendrá en el modisto, quien reinterpretó el traje de luces para la vestimenta femenina23, y que posteriormente copiarían diseñadores como Elio Berhanyer, Manuel Piña, Lorenzo Caprile, etc.

El modisto acostumbró a utilizar los colores mostaza y amarillos, y la creación de drapeados, recogidos y abullonados, como lo hiciera Zurbarán, muy presente especialmente en la representación de sus santas24. También veíamos en Balenciaga el uso de encajes negros, mantillas y peinetas, tan propios de las representaciones de Goya, en sus majas, en la aristocracia madrileña, que adoptó este tipo de atuendo femenino originario de Andalucía como símbolo de la identidad nacional. La traducción de estos referentes a la moda será palpable hasta el punto de decorar el encaje con motivos que recuerdan a las escenas bucólicas que aparecen en los cartones para tapices realizados por Goya para la Real Fábrica de Tapices de Madrid25.

Fig. 5: Recreación de la escultura de la Dama del Paraguas para los Juegos Olímpicos de Barcelona'92, Manuel Pertegaz y Pat Cleveland

Fig. 5: Recreación de la escultura de la Dama del Paraguas para los Juegos Olímpicos de Barcelona'92,
Manuel Pertegaz y Pat Cleveland

A finales de los años sesenta el prêt-à-porter empezaba a inundar las pasarelas europeas, así que, con más de setenta años, Balenciaga dijo adiós a la moda26. "El maestro" llegó a sentir no ser más joven, "porque hubiera creado un prêt-à-porter divertido, pero de buen gusto, como exige la época en que vivimos, pero para mí es demasiado tarde"27. Los periódicos de la época decían: "Balenciaga se retira y la moda ya no será nunca más la misma"28. Comenzaba, así, la tercera etapa en la vida del modisto, desarrollada entre 1968 y 1972, en la que vivió retirado en España hasta su muerte a los 77 años29.

La retirada de Balenciaga trajo consigo la puesta en valor de su imparable carrera. Por ello, su trabajo ejerció una influencia gradual en muchos diseñadores posteriores. Tal es el caso de prendas sastre desestructuradas de corte impecable que Balenciaga ideó en los años cincuenta y que posteriormente trabajaron Armani, Calvin Klein y Ralph Lauren. Destacamos también los vestidos de noche, que supieron muy bien interpretar John Galliano y Romero Gigli. Y, por supuesto, la pureza del corte en las piezas de Gianfranco Ferré, que con tanto rigor manejaba Balenciaga, y que también fue inculcado a sus discípulos Humbert de Givenchy, Courreges y Emanuel Ungaro30.

En los años sesenta y setenta España se abrió a Europa, llegando a vivir una etapa de consolidación de la Alta Cosura que traspasó en diferentes momentos nuestras fronteras. Al retirarse Balenciaga se pondrían tres diseñadores a la cabeza en lo que a moda española se refiere: Pedro Rodríguez, Manuel Pertegaz y Elio Berhanyer, pioneros en la moda internacional, pero siempre en consonancia con el gusto por la mujer española. No obstante, no debemos perder la oportunidad de mencionar a otros grandes genios de la costura como Santa Eulalia, Carmen Mir, El Dique Flotante, o Herrera y Ollero, entre otros, que también tuvieron presencia fuera de España31.

A pesar de este momento de clamor, lo cierto es que tanto Pedro Rodríguez, como Manuel Pertegaz y Elio Berhanyer ya gozaban de una riquísima trayectoria a sus espaldas. El más veterano, Pedro Rodríguez, abrió su casa de moda en Barcelona en 1925, pero ya había comenzado su labor con gran reclamo en torno a 191732. Rodríguez fue el primer modisto que atendió a las directrices marcadas por la cámara de París sin dejar de lado unas señas de identidad netamente españolas33. Él introdujo en España el new look de Dior, prestó una especial atención a las túnicas como lo hiciera Balenciaga, sintió una especial predilección por los materiales más ricos y le gustó especialmente el uso de los botones colocados en los sitios más estratégicos34.

Sus vestidos se constituyeron como auténticas obras de arte. Le gustó la pedrería, los bordados hechos a mano, siempre acompañados de una paleta cromática riquísima. Nunca escatimó en los materiales, gustándole muy especialmente el azabache, el cristal de Bohemia y la porcelana. Todo ello compendiaba una moda atemporal, la cual, a pesar de seguir las tendencias, se mantenían firmes en el tiempo, obviando según qué excentricidades que pudieran estancar su obra en el tiempo. Esto le llevó a ser uno de los grandes mandatarios en lo que a diseño de moda se refiere, marcando épocas y estilos con altas dosis de elegancia y saber hacer.

Pedro Rodríguez llegó a afirmar que "Un movimiento de tela, bien trabajado, puede proporcionar suficiente elegancia y revalorizar mucho una silueta. A veces no hace falta más"35. Sus palabras tomaron cuerpo a través de sus diseños. Lo cierto es que la elegancia estaba marcada por la sutileza y el clasicismo de las señoras españolas más distinguidas, pero al mismo tiempo en muchas de las obras de Rodríguez también vemos esa pedrería modulada, esa riqueza buscada transcrita en pura elegancia. Quizás todos esos elementos que dotaron de buen gusto sus desfiles fue lo que cautivó a Elio Berhanyer36.

Nacido en Córdoba en el año 192937, Elio Berenguer Úbeda (Elio Berhanyer) fue sin duda otro de los grandes protagonistas de la alta costura española que no ambicionó nunca marcharse de nuestro país, a pesar de recibir numerosas ofertas38. Sus primeros pasos, entre el arte y el vestuario para teatro39, lo dotaron de un saber hacer impecable. De estilo geométrico, sus primeros trabajos fueron comparados con el futurismo de Courrèges, pero poco a poco fue adquiriendo un sello personalísimo, de trazos austeros y rotundos, donde prevalecían las combinaciones bicolores acompañadas de líneas y volúmenes propios de un arquitecto40.

A todo ello hay que sumarle una clave barroca que viene directamente de este estilo tan presente en su Andalucía natal. Los americanos llegaron a definir su estética como "una estilización de la estética dramática española"41. En este sentido tiene una especial importancia el color, fuertes y vibrantes en algunos casos, y con especial predilección por el negro y su contraste con el blanco. Ello se debe muy especialmente a su tierra:

Pertegaz es, después de Balenciaga, nuestra segunda figura de la moda que merece las máximas distinciones. Yo había puesto la idea de homenaje durante una cena de los diseñadores en la Moncloa. Una semana después me enteré de que el Consejo de Ministros programaba la exposición y que me nombraba comisario.44

Considerado por el New York Times como "el caudillo de la moda española"45, Manuel Pertegaz se caracterizó por tener un gusto más contemporáneo, y una predilección por el arte más actual: "Mis pintores favoritos son Tapies, Gonzalo Torner y Ramón Valls. Y en escultura Chillida"46. Quizás por ello se hará un uso constante en su moda de las líneas simples, de la creación única y natural. Constituye la imagen más simplificada de la alta costura española, pero lo que refuerza una maestría en el corte y la confección, sacando a la luz su origen como sastre47, su saber hacer. Sus primeros años están marcados por una influencia notable del maestro Balenciaga, en sus prendas simples y bien estructuradas; no obstante, pronto se empezarán a ver los primeros atisbos de personalidad, únicos e inigualables.

Cuando todos los diseñadores seguían las directrices marcadas por la cámara de París, Pertegaz no pisaba la ciudad de las luces, careciendo, así, de referencias internacionales; eso también influirá en la pureza y la atemporalidad de sus creaciones. Era un artista totalmente autodidacta, de convecciones propias, creador de moda en base a lo que lo rodea, y no en función de los dictámenes de otros diseñadores. No obstante, reconoce la importancia de estar rodeado de arte, porque según él la moda necesita de una serie de leyes estéticas y sensibilidades48. En sus obras vemos lunares, claveles, encaje, flecos, volantes… elementos puramente españoles servidos en su justa medida, con buen gusto.

Pertegaz siempre ha mostrado un especial interés por la mujer joven, suave y delicada. No le interesaba la mujer que se lo ponía todo encima, es más, le horrorizaba. Lo que él quería es que la mujer fuese cómoda, natural, y ellas se lo agradecían. En su trayectoria ha huido de la vulgaridad, y ha sido un gran defensor de la elegancia como actitud, como inteligencia49. Y resulta curioso como ese huir de los excesos es al mismo tiempo un amor por el barroco, por lo rústico y, por supuesto, por el arte contemporáneo. Pero si todo se incluye y participa en su justa medida, éste será sutil y elegante.

Su trabajo fue reconocido a nivel internacional, y con su labor dio fe de que no era necesario salir de España para ser reconocido a nivel mundial, hasta el punto de ser el elegido para suceder a Christian Dior, aunque él fue fiel a la alta costura española50:

Cuando Dior murió mi amiga Helena Nasta me llamó: "se baraja tu nombre para sucederle y convendría que vinieras enseguida", dijo. La prensa se enteró. A mí me parecía apasionante y le dije que me lo dejara dormir; aquella noche dormí poquísimo. Al día siguiente hablamos y le pregunté si ir a París supondría que tendría que cerrar lo de España. Sí, claro, me dijo. Pensé en qué pasaría si cerraba todo lo de aquí y luego no me adaptaba a París. También había tenido una oferta de otro señor que ponía todo el capital para abrir en París. Para mí lo de París era puro romanticismo y admiración al ver cómo el Gobierno francés apoyaba la moda. Pero, pese a esa atracción y las propuestas no acepté lo de Dior. Y nunca me he arrepentido51.

Afirma no haberse arrepentido de tal decisión, y viendo su gloria posterior podemos comprender que así sea. Con él, el último coutiere de la moda española52, cerramos este flamante capítulo de nuestra historia que, sin embargo, no se disolverá del todo, ya que atenderemos en un posterior desarrollo de este trabajo a otros diseñadores de haute couture que destacarán en plena revolución del prêt-à-porter. Pero para que esta nueva proyección sea posible, habrá sido fundamental este periodo de esplendor efímero, donde la riqueza de los materiales, la exclusividad en la confección, y la composición única serán las grandes bazas para el reconocimiento internacional conseguido. Abordar este capítulo es más que necesario para comprender la situación de la moda presente, descendiente directa del saber hacer de la costura española, inspirada en lo que fuimos e influenciada por nuestro patrimonio, del más clásico, al más actual.

Fig. 6: Pedro Rodríguez, 1973 / Traje de Elio Berhanyer inspirado en Santa Casilda de Zurbarán, 2013

Fig. 6: Pedro Rodríguez, 1973 / Traje de Elio Berhanyer inspirado en Santa Casilda de Zurbarán, 2013


1Palabras del modisto Paul Poiret en FIGUERAS, J. Moda española… op. cit. p. 39.

2 VV.AA. La moda dal XVIII al XX secolo, The Kyoto Costume Institute-Taschen, Módena, 2005, p. 128. Cristóbal Balenciaga fue apodado por sus contemporáneos como "El Maestro".

3 FIGUERAS, J. Protagonistas de la moda, Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid 2005, p. 38.

4 Ibídem

5 MILLER, L.E. Cristóbal Balenciaga (1895 – 1972). Modisto de modistos, Gustavo Gili, Barcelona 2007, p. 10.

6 VV.AA. Iconos de la moda del siglo XX, Electa, Barcelona 2007, p. 66.

7 BAUDOT, F. La moda del siglo XX, Gustavo Gili, Barcelona 2008, p. 154.

8 VREELAND, D. DV, Nueva York 1985, p. 139. En MILLER, L. op. cit. p. 14.

9 http://www.balenciaga.com/experience/es/heritage/30s/#30s 01.08.2013.

10 BAUDOT, F. op. cit. p. 154.

11 BAUDOT, F. op. cit. p. 154.

12 Ibídem p. 13.

13 Ibídem p. 16.

14 VV.AA. Iconos de la moda op. cit. p. 66.

15 VV.AA. La moda dal XVIII… op. cit. p. 128.

16 FIGUERAS, J. Protagonistas… op. cit. p. 38.

17 Vestido negro de corte recto.

18 El corte de la tela se hace de manera diagonal, haciendo que tenga más caída y permitiendo adherirse mejor al cuerpo. Explicado en: DELFÍN, D. El saber no sabido ¿Elegí la moda o la moda me eligió a mi? [Curso Magistral Ideas y Emociones], Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Santander (01.07.2013).

19 FIGUERAS, J. Protagonistas… op. cit. p. 38.

20 MILLER, L.E. op. cit. p. 19.

21 Ibídem p. 22.

22 Ibidem

23 Ibídem p. 11.

24 Ibídem p. 24.

25 Ibídem p. 27.

26 FIGUERAS, J. Protagonistas… op. cit. p. 39.

27 Palabras de Cristóbal Balenciaga en: Ibidem.

28 Cita extraída del diario Evening Standard. Ibidem.

29 MILLER, L.E. op. cit. p. 12.

30 COSGRAVE, B. Historia de la moda. Desde Egipto hasta nuestros días, Gustavo Gili, Barcelona 2005, p. 277.

31 FIGUERAS, J. Protagonistas… op. cit. p. 65.

32 FIGUERAS, J. Moda española… op. cit. p. 59.

33 Ibídem

34 Ibídem p. 60.

35 Ibídem p. 61.

36 Elio Berhanyer quería ser arquitecto, no obstante, en palabras de Josefina Figueras "el primero «flechazo» de la moda fue durante una colección de Pedro Rodríguez". En FIGUERAS, J. Moda española… op. cit. p. 70.

37 MANSILLA VIEDMA, P. op. cit. p. 62.

38 FIGUERAS, J. Moda española… op. cit. p. 71.

39 MANSILLA VIEDMA, P. op. cit. p. 62.

40 FIGUERAS, J. Moda española… op. cit. p. 71.

41 Ibídem.

42 Palabras de Elio Berhanyer en: Ibídem, p. 74.

43 MANSILLA VIEDMA, P. op. cit. p. 62.

44 FIGUERAS, J. Moda española… op. cit. p. 75.

45 En el buen sentido de la palabra, entienden a Pertegaz como el dictador de las tendencias en la moda española de los años 60 y 70. En: FIGUERAS, J . Protagonistas… op. cit. p. 70.

46 Ibídem

47 FIGUERAS, J. "Pertegaz, profeta en su tierra" en Pertegaz: [Exposición] febrero-mayo 2004/ [Comisario Elio Berhanyer], Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Madrid 2004, p. 91.

48 Ibídem

49 FIGUERAS, J. "Pertegaz, profeta en su tierra" en Pertegaz: [Exposición] febrero – mayo 2004/ [Comisario Elio Berhanyer], Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Madrid 2004, p. 91.

50 MONTES FERNÁNDEZ, J.M. "Manolo Pertegaz, un alma indómita" [Vídeo] en Solo moda, RTVE, Madrid 2011.

51 RIVIÈRE, M. "Manuel Pertegaz. Del instante a la eternidad" en Pertegaz: [Exposición] febrero-mayo 2004/ [Comisario Elio Berhanyer], Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Madrid 2004, p. 53.

52 MANSILLA VIEDMA, P. "Manuel Pertegaz, el hombre que adivinó su destino" en Pertegaz: [Exposición] febrero-mayo 2004/ [Comisario Elio Berhanyer], Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Madrid 2004, p. 103.